El Poder Ejecutivo le delegó nuevas facultades a la cartera de Luis Caputo, esta vez, en materia de obra pública. Lo hizo a través del Decreto 414/2024 que publicó este viernes en el Boletín Oficial y que está en línea con «los objetivos y las políticas de la nueva gestión de gobierno», según señala en los fundamentos. ¿Estamos frente a un nuevo superministro?
Ya se había anunciado hace varios meses que el Ministerio de Economía pasaría a tener el manejo de la obra pública con el fin de llevar un mayor control del recorte de gastos del Estado que realiza el actual gobierno. La motosierra de Javier Milei redujo en su totalidad la inversión en obras e incluso, en el último tiempo, algunos gobernadores sugirieron hacerse cargo del mantenimiento de rutas para evitar el deterioro ante la medida del Ejecutivo Nacional.
El recorte es el principal sello de poder de la actual gestión. Y el presidente decidió compartir su herramienta preferida, que incluso fue un material visual de su campaña presidencia, con Caputo más que con ningún otro de sus ministros.
Caputo recorta por todos lados el gasto en nombre del primer mandatario con un solo fin: mantener el superávit, que cada vez se le vuelve más estrecho. Y es que esto le complica la gobernabilidad y tiene que ceder en algunos puntos para poder mantener el motor funcionando, ya no digamos en una velocidad alta, sino, cuanto menos, «regulando». La política de cortar por donde se puede y hasta que aguante. Ceder lo justo, tal como se hizo con el recorte a las universidades, para que el conflicto no escale, y seguir recortando.
De hecho, el Ministerio de Economía confirmó este jueves que, en abril, el Gobierno registró un superávit fiscal financiero por cuarto mes consecutivo, algo que no ocurría desde 2008. Esto se logró principalmente por un recorte en términos reales de las jubilaciones y por los aportes del Impuesto PAIS. Asimismo, los gastos de capital, como la obra pública, tuvieron una caída nominal de casi el 15% con apenas $150.000 millones. En ese caso, el Gobierno ha eliminado completamente los gastos en transporte, educación, vivienda, agua potable y otros.
Fin a la obra pública: crónica de una muerte anunciada
Caputo, anunció el 12 de diciembre del año pasado, apenas asumido su mandato, un paquete de medidas enfocadas en el ajuste del gasto público que, entre otros puntos, le puso fin a las licitaciones de obras públicas de allí en adelante. Además, dijo que se cancelarían proyectos no iniciados.
En un mensaje grabado y difundido esa tarde del año pasado, el titular del Palacio de Hacienda hizo un repaso de la situación económica de las cuentas públicas y calificó al déficit fiscal del Estado como el principal problema a combatir para bajar la inflación. «Lo que venimos a hacer es solucionar este problema de raíz, para no tener que padecer mas la inflación y la pobreza», dijo.
En ese contexto, el decreto publicado hoy dispuso que se delegan en el Ministerio de Economía las facultades y obligaciones determinadas por ley para la contratación y ejecución de construcciones, trabajos o servicios que revistan el carácter de obra pública y para la adquisición de materiales, maquinarias, mobiliarios y elementos destinados a ellas, en el ámbito de su jurisdicción.