La victoria de Kast se inscribe en un movimiento más amplio hacia líderes de derecha y conservadores en América del Sur, donde surgen discursos centrados en la seguridad, el crecimiento económico y el rechazo a políticas progresistas tradicionales. Países como Argentina, bajo el gobierno de Javier Milei, también representan este giro ideológico, y junto con Chile constituyen un nuevo eje político en la región.

En Argentina, la llegada de Milei al poder en 2023 ya había señalado una ruptura con el modelo político anterior, apostando por posturas económicas liberalizantes, un discurso fuerte contra el “establishment” y un enfoque duro en materia de orden público. Ese cambio abrió una puerta para que otros países de la región reconsideraran opciones políticas similares.
La relación con Javier Milei
Tras conocerse los resultados, el presidente argentino Javier Milei celebró el triunfo de Kast, refiriéndose a él como “su amigo” y destacando que la victoria representa “un paso más en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada”, palabras que reflejan la afinidad entre ambos líderes.
Aunque el Gobierno argentino evitó emitir un pronunciamiento institucional oficial antes del balotaje chileno, desde la Casa Rosada reconocieron que ven con buenos ojos la eventual victoria de Kast, considerando que facilitaría una cooperación más estrecha entre ambos países en temas económicos y de seguridad.
La relación entre ambos dirigentes tiene antecedentes: durante la campaña, Kast y Milei mantuvieron conversaciones y se manifestaron coincidencias en una visión regional orientada hacia “más libertad, seguridad y progreso económico”.
Implicancias para la región
La elección de Kast podría consolidar en el Cono Sur un bloque de gobiernos de derecha con prioridades compartidas, entre ellos políticas económicas de mercado, políticas migratorias más estrictas y un énfasis en la seguridad pública. Observadores internacionales también han señalado la posible convergencia con líderes conservadores como Donald Trump en Estados Unidos o Nayib Bukele en El Salvador, alineando agendas ante desafíos globales.
Sin embargo, este giro ideológico también genera preocupación en sectores progresistas y organizaciones de derechos humanos, que temen retrocesos en políticas sociales y libertades civiles.
Miradas cruzadas
Mientras en países como Chile y Argentina crece la representación de líderes de derecha, otros estados del continente mantienen contextos más heterogéneos o progresistas, lo que indica que el panorama político sudamericano continúa siendo plural y en movimiento. La victoria de Kast no representa un consenso unánime, sino una fuerte respuesta electoral en un momento de frustración social y económica en varios países.