El fanatismo que existe en el país asiático por la Selección argentina tiene una razón y se remonta a mitad del siglo XX. Un conflicto político con Reino Unido provocó una gran hambruna en Bangladesh, que dejó una grave cicatriz en el pueblo de la nación.
Cuando en 1986 llegaron a tierra asiática las noticias del gol de Maradona a los ingleses en el Mundial de México, el pueblo de Bangladesh vio en Argentina una especie de justicia poética contra un imperio que tanto daño les había provocado.
Desde entonces, en cada Mundial, en Bangladesh miles de personas se juntan en las calles a alentar a la Selección con banderas, camisetas y gorras, y pintan sus ciudades de celeste y blanco.