El Sabalero se clasificó ayer por la noche para la final de la Copa y tendrá que enfrentar a Racing Club, al superar por 2 a 0 a Independiente, en San Juan, con goles de Luis Rodríguez de tiro penal y Santiago Pierotti.
Colón de Santa Fe se clasificó este lunes por la noche para la final de la Copa de la Liga Profesional en la que se enfrentará el próximo viernes a Racing Club, que a su vez dejó en el camino a Boca Juniors por penales, tras vencer a Independiente por 2 a 0 en el estadio Del Bicentenario, de San Juan.
Los santafesinos impusieron las reglas y con ellas mandaron tácticamente durante todo el partido, donde el «alumno», Eduardo Domínguez, le dio una lección de juego colectivo a su «maestro», Julio Falcioni.
Y todo empezó para el discípulo del entrenador, ambos con orígenes velezanos, en la recomposición que debió hacer en su línea de fondo, habitualmente de tres pero hoy, por imperio de las circunstancias, devenida de cuatro.
Es que las lesiones de los dos zagueros centrales, Paolo Goltz y Bruno Bianchi, obligaron a Domínguez a recurrir a la creatividad, y allí sacó a relucir los recursos de buen entrenador que es.
Lo primero que hizo fue colocar a un lateral izquierdo como Rafael Delgado (recibió la quinta tarjeta amarilla y eso podría suponer un inconveniente mayor de cara a la final), campeón sudamericano reciente con Defensa y Justicia, como central tirado por ese sector, para no tener que improvisar con un juvenil en un partido histórico para el «sabalero».
A partir de allí los santafesinos se dedicaron a defenderse de la mejor manera, con la pelota en su poder, desnudando la impotencia de Independiente a la hora que le toca atacar.
Y el final sorprendió a Colón jugando tranquilamente lejos de su arco y a Independiente del adversario, con un «sabalero» festejando con calma por anticipado su acceso a una final que puede darle un título inédito en el fútbol local, y al «rojo» frustrando otra vez la posibilidad de acceder a un título que se le niega hace 19 años en Argentina.