La argelina venció a su contrincante italiana en menos de un minuto y generó un fuerte debate en redes.

La participación de personas trans en competencias oficiales deportivas sigue generando polémica. A pesar de los avances en los derechos de esta población en varios territorios, el deporte sigue siendo un espacio de disputa y los Juegos Olímpicos de París no son la excepción. La reciente pelea de la boxeadora argelina Imane Khelif, que derrotó a su contrincante italiana Angela Carini en menos de un minuto en los Juegos Olímpicos de París, reavivó el debate en redes.
Antes de la pelea, Carini había expresado públicamente su desacuerdo con que se permita la participación de Khelif en la competencia dado que había sido descalificada del Mundial de Boxeo femenino del año pasado (junto a la taiwanesa Lin Yu-ting) por no pasar las pruebas de “elegibilidad de género”: presentar «altos niveles de testosterona y cromosomas XY». Sin embargo, el Comité Olímpico consideró que la argelina, quien no es una mujer trans (esa identidad es una suposición de los críticos), cumplía los requisitos para participar en París en la categoría femenina.
A menos de un minuto de la pelea, Carini se retiró porque alegó que había recibido un golpe demasiado fuerte de su rival. Por su parte, el Comité Olímpico de Argelia defendió a Khelif y aseguró que las críticas en su contra eran «mentiras» y «ataques poco éticos y difamatorios». Figuras destacadas del deporte argelino, como el futbolista Ismaël Bennacer, también respaldaron a su compatriota y reafirmaron su derecho a competir.
Las personas trans en el deporte olímpico

El Comité Olímpico Internacional, órgano regulador de los Juegos, tiene desde 2021 guías generales respecto de la participación de las personas trans (tendientes a la inclusión), a la vez que las federaciones de cada disciplina son responsables de decidir sobre la temática. En este sentido, en atletismo, natación y rugby se requiere que las mujeres trans hayan transicionado antes de los 12 años (antes de la pubertad) para ser elegibles en las categorías femeninas.

En remo, triatlón, tenis, y arquería, se requiere que las mujeres tengan una concentración de testosterona menor a cierto nivel. En otros deportes, se determina “caso por caso”. Organizaciones LGBTIQ+ internacionales aseguraron que parámetros como el nivel de testosterona o los cromosomas no determinan el sexo de una persona, y que este tipo de testeos resultan estigmatizantes y discriminatorios para las personas.

La polémica recae sobre todo sobre las mujeres trans dado las posturas críticas afirman que tienen “características biológicas”, como la densidad ósea y muscular, que las ponen en ventaja por sobre sus pares cis (es decir, personas que se identifican con el sexo asignado al nacer). Diversos estudios a nivel mundial están evaluando si efectivamente existe alguna ventaja competitiva. Uno financiado por el Comité Olímpico en abril de este año, concluyó que las mujeres trans de hecho tenían algunas desventajas, por ejemplo a nivel de capacidad pulmonar.

“Aunque estudios longitudinales sobre atletas trans son urgentes y necesarios, estos resultados deberían servir para prevenir exclusiones que no estén basadas en investigaciones específicas sobre cada disciplina”, afirmaban en la conclusión.

No hay mujeres trans compitiendo en París. La levantadora de pesas neozelandesa Laurel Hubbard, que hizo historia en Tokio 2020 al convertirse en la primera mujer trans en competir un juego olímpico, no participa de esta edición. Nikki Hiltz, una persona trans no binaria, compite en los 1500 metros en el equipo de atletismo de Estados Unidos. Quinn, otra persona no binaria, es parte de la selección femenina de fútbol de Canadá.

La pelea entre Khelif y Carini habilitó nuevamente el debate en redes, en el que se hicieron oír sobre todo las voces críticas, convirtiendo al tema en tendencia. El propio presidente argentino Javier Milei opinó sobre la cuestión, catalogando de «boluprogres» a quienes se muestran a favor de poner a «un tipo» a pelear contra una mujer.